Un comensal reclamó mal trato por parte del responsable de una casa de comidas de la ciudad de Resistencia.
Tras haber pedido tres canelones y estofado, por un monto total de $ 2000, el cliente informó que había realizado una transferencia por una plataforma virtual de pago a una cuenta con alias.
Al momento, quien sería el responsable del cobro tuvo un intercambio de palabras con el comensal, que llegaron al punto de utilizar el termino de “estafa”. Cuando el cliente insistió en que el pago se había efectuado con éxito desde la aplicación el hombre insiste en que no ha recibido el pago y no le iba a entregar la mercadería sino se le pagaba.
En el momento de la discusión se llega al punto de plantear un pasado relacionado con algún funcionario de la provincia, se sumó a la discusión alguna persona que explicó que si no se pone bien el alias la transferencia no se realiza. El encargado tras decir “creéle a tu aplicación, a mí no me llegó la plata… si querés te doy el número de delitos informáticos… yo no recibo la plata no hay mercadería”, se retiró, aparentemente a seguir con sus labores.
El cliente se fué del comercio y poco tiempo después recibe la comunicación en la que le avisan que el pago impactó en la cuenta correspondiente, tal la explicación que dio el damnificado a nuestra redacción: “A mí casa llamo una señora diciendo que recién llego la transferencia solo se demoró y que me envían la comida, yo no estaba porque me fui a comprar comida a otro lado».
Los cuidados.
A la hora de comprar la sugerencia suele ser pactar el modo de pago con el vendedor y que ambas partes conozcan cuales son los mecanismos de transferencia, que en ocasiones por causas ajenas a las personas que realizan la transacción pueden generar atrasos.




