El titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N°4, Ariel Lijo, se presentó este miércoles ante la Comisión de Acuerdos del Senado para defender su postulación a la Corte Suprema de Justicia. El magistrado, propuesto por el presidente Javier Milei para ocupar una vacante en el máximo tribunal, expuso su visión sobre el estado de la Justicia y delineó sus propuestas para fortalecer el Poder Judicial.
Ariel Lijo llegó acompañado por su madre y su hijo, y comenzó su exposición minutos después de las 10 de la mañana. En su presentación personal, destacó sus más de treinta años de trayectoria en el Poder Judicial, subrayando que la función de los magistrados no se limita a resolver los casos que les son asignados. Según su perspectiva, los jueces también deben establecer políticas judiciales que tengan un impacto en todos los niveles del Poder Judicial.
«Para eso es indispensable conocer la realidad de la justicia federal de todo el país y de las justicias provinciales, algo que tuve el privilegio de ver de primera mano, cuando en mi rol de secretario general de la Asociación de Jueces Federales interactué con los diferentes actores que tienen a su cargo resolver los fenómenos criminales de cada región y las personas que los padecen», explicó Lijo. Asimismo, destacó la importancia de respetar la autonomía de las provincias, las economías regionales y los recursos naturales.
Lijo enfatizó que «detrás de cada decisión judicial hay una realidad humana que no se puede volcar en los papeles». Por ello, propuso que «se establezcan políticas institucionales desde la Corte Suprema que aborden tanto las necesidades internas del Poder Judicial como las externas». También resaltó el trabajo que ya viene realizando el Máximo Tribunal, mencionando el plan de Políticas de Estado para el Poder Judicial, presentado en 2007.
«Los casos no se terminan en los papeles que los jueces tienen en su escritorio. Detrás de los casos de criminalidad organizada hay consecuencias que las personas siguen sufriendo y de las cuales también el Poder Judicial debe ocuparse», afirmó Lijo. Propuso acciones directas, como la formación continua de los integrantes del Poder Judicial, y la coordinación con el Poder Ejecutivo y el Parlamento para encontrar soluciones integrales.
LOS DICTÁMENES Y EL DESAFÍO POLÍTICO
La Comisión de Acuerdos del Senado recién firmará los dictámenes después de las audiencias de ambos candidatos a integrar la Corte Suprema, Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla. Esto ocurrirá después del 28 de agosto, cuando el académico García-Mansilla presente su exposición ante la Cámara Alta, en lo que podría ser el reemplazo de Juan Carlos Maqueda en el máximo tribunal.
Para que los dictámenes de la comisión avancen, se requieren nueve firmas, una mayoría simple que el oficialismo buscará obtener con el apoyo de sus propios senadores. Sin embargo, el verdadero desafío para los libertarios se presentará en el recinto, donde se necesitará una mayoría calificada de dos tercios de los votos, es decir, 48 votos a favor. Con solo siete senadores libertarios y 33 kirchneristas, será necesario un acuerdo político con Unión por la Patria (UxP) para alcanzar ese número.
En medio de estas negociaciones, el jefe de bloque, Eduardo Vischi, reemplazó en la comisión al senador Pablo Blanco, quien ya había adelantado su rechazo a la postulación de Lijo a la Corte Suprema. La decisión de la comisión y el Senado definirá si Ariel Lijo logra ocupar una de las sillas más importantes del Poder Judicial argentino.
