Tras sacar del hangar una aeronave Piper Archer, propiedad del aeroclub, matrícula LV-ODG, su piloto se prestaba a lapèsta en marcha para un vuelo local, cuando detectó que debido a una cuestión técnica, la máquina no activaba el encendido y por esa razón dejó renada la nave como corresponde para descender y revisar la zona de hélice y motor.
En el procedimiento, con un pequeño giro se activó la ignición, encendiendo el motor, lo que indicaría que en el tablero, los magnetos habían quedado en modo “ON”.
A pesar de que el piloto se esforzó por retener la aeronave, ésta habría realizado un giro brusco, colisionando con otra máquina que se encontraba estacionada en el lugar.
La segunda nave pertenece a una empresa de aeroaplicaciones radicada en el oeste de la provincia de Buenos Aires y que realiza habitualmente el mantenimiento de sus equipos en el taller aeronáutico de la Pampa, que funciona en el Aeroclub de Gral. Pico.
Como resultado final, solo una persona debió ser derivada a un centro asistencial víctima de una crisis nerviosa.
De inmediato se activaron los sistemas de emergencia que demandan los protocolos y se habría disparado la baliza ELT de la aeronave por el golpe.


