El Gobierno Nacional avanzó en la implementación de un decreto que endurece el control sobre los presupuestos universitarios, prohibiendo los contratos directos y exigiendo reformas en las rendiciones de gastos. Esta medida llega en un contexto marcado por tensiones entre las universidades y el Ejecutivo debido a la falta de actualizaciones presupuestarias y los reclamos salariales del sector educativo.
Jorge de Pedro, decano de la Universidad Tecnológica Nacional, calificó la situación como «muy crítica» y expresó su preocupación por las limitaciones que estas políticas imponen. «Estamos con una situación no solamente preocupante, sino ya casi angustiante. No se ha tratado el presupuesto 2025, lo que nos deja sin posibilidades de planificar absolutamente nada para el próximo año», afirmó en diálogo con Radio Nordeste.
De Pedro explicó que el actual presupuesto es reconducido y no recibió actualizaciones durante 2024, lo que proyecta un panorama desalentador para el año entrante. «Tendríamos que pensar en trabajar con la partida presupuestaria de enero de 2023. Esto es insostenible, y no hay respuestas de los ministerios responsables», añadió.
El decano destacó que en el caso de la UTN, el 92% de los fondos se destinan estrictamente a salarios, lo que deja un margen mínimo para otros gastos. «Con el resto, no alcanzamos ni para pagar la luz», dijo.
Consultado sobre las nuevas disposiciones que eliminan los contratos directos, De Pedro aclaró que estas no tendrían un impacto significativo en la UTN, ya que esta facultad no recurre a este tipo de prácticas. Sin embargo, reconoció que podría haber universidades que sí enfrenten dificultades debido a manejos cuestionables.
«No puedo hablar por otras instituciones, pero en nuestra facultad no hacemos contratos directos ni actuamos como intermediarios para contratar empresas a pedido del Estado», puntualizó.
Al evaluar el año académico, De Pedro otorgó una calificación de 6. «Logramos sostener el funcionamiento académico con mucho esfuerzo, pero los trabajadores han sido los más castigados en términos salariales. La ciencia y la tecnología también han sufrido, manteniéndose únicamente gracias a partidas propias y valores reducidos para becarios», reflexionó.
El ingeniero cerró la entrevista con un mensaje de esperanza: «Ojalá las cosas sean diferentes el próximo año. La universidad pública necesita un cambio urgente para continuar con su misión educativa y de investigación».
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