La conmoción por el crimen de Dylan Gaetano, el adolescente de 16 años asesinado durante un partido de fútbol por un menor de 13, sigue sacudiendo a la comunidad chaqueña. Mientras claman justicia por la pérdida irreparable, su familia tomó una decisión profundamente conmovedora: donar los órganos de Dylan para que su luz siga viva en otros.
El hecho ocurrió el pasado 26 de abril, en la capital provincial, cuando Dylan participaba de un partido informal junto a amigos y familiares. Según relató su tía, Brenda Zelaya, el ataque fue sorpresivo y sin provocación: «Estaba sentado junto a su primo cuando el agresor se acercó y, sin mediar palabra, lo apuñaló en el pecho». La herida fue letal y, pese al esfuerzo médico, Dylan murió al día siguiente producto de un shock hipovolémico.
En medio del dolor, la familia compartió un mensaje en redes sociales que conmovió a miles. “Era hijo, era hermano, era nieto, sobrino y primo”, escribieron. Pero también informaron una decisión que sorprendió por su entereza: la donación de los órganos de Dylan. “Queremos que su vida siga iluminando a otros, incluso en su ausencia”, expresaron con esperanza y amor.
Este gesto solidario fue destacado por allegados, amigos y vecinos, quienes reconocieron la fortaleza de la familia en un momento tan devastador. “Transformaron la tragedia en un acto de profunda humanidad”, dijo un allegado cercano.
Sin embargo, el dolor de la pérdida se ve agravado por la situación legal del agresor. Por tratarse de un menor de 16 años, el niño de 13 que cometió el ataque es inimputable según la legislación vigente, y ya se encuentra nuevamente en su casa. Esto generó un fuerte malestar entre los familiares de Dylan.
«Lamentablemente, mientras despedimos a Dylan, el menor responsable de su muerte ya está rodeado de su familia», publicó en redes sociales otra de las tías, Mariela Aguirre. «No buscamos venganza, ni deseamos más dolor. Solo pedimos justicia.»
Bajo la consigna «Por Dylan», la familia inició una campaña de concientización que apunta a revisar el funcionamiento del sistema judicial en casos donde las víctimas son niños y adolescentes. “Exigimos que el gobierno y el sistema reflexionen sobre las decisiones que hoy nos dejan desprotegidos”, reclamaron.
En un país golpeado por la violencia, la historia de Dylan Gaetano vuelve a poner en el centro del debate la responsabilidad del Estado y la urgencia de políticas que protejan a la infancia. La familia de Dylan, entre el duelo y la dignidad, lanza un mensaje claro: que ninguna otra vida joven se pierda sin sentido.
