La conductora recibió el alta y le brindó una íntima entrevista a Ángel De Brito.
Después de meses de mantenerse en silencio, Ernestina Pais rompió el hermetismo y se animó a compartir el difícil proceso que vivió debido a su adicción al alcohol. La conductora eligió el programa Ángel Responde, conducido por Ángel De Brito y Dalma Maradona en Bondi, como el espacio para sincerarse y abrir su corazón ante el público.
En un comienzo, Pais recordó con nostalgia los inicios de Million, el icónico restaurante que lidera junto a tres socios en el barrio de Recoleta. También rememoró junto a Dalma Maradona la temporada que compartieron en Villa Carlos Paz con la obra Familia de Mujeres, dirigida por José María Muscari. A pesar de los buenos recuerdos, aquella experiencia estuvo marcada por el conflicto, con la expulsión de Luisa Kuliok del elenco y una furiosa Luisa Albinoni. En ese entonces, el hijo de Ernestina, Benicio, pasaba mucho tiempo con Dalma y su pareja, Andrés Caldarelli. “Hoy tiene 20 años, mide un metro noventa y calza 45”, comentó entre risas.
A medida que la conversación avanzó, Ernestina habló de lo complejo que fue transitar la pandemia con un hijo adolescente y reveló cómo ese periodo crítico detonó su consumo problemático. “En 25 años de restaurante, nunca tuve un problema grave con el alcohol, pero la pandemia fue el punto de quiebre. La angustia que venía acumulando por pérdidas, deudas y situaciones no resueltas terminó explotando”, confesó.
La conductora explicó que su recuperación no fue sencilla y estuvo llena de altibajos. Tras una primera internación fallida en un lugar que describió como “un hotel de lujo”, tuvo una recaída en Uruguay. “Fui sin consumir, pero en La Pedrera era carnaval, las calles llenas de bares y terminé cayendo. El fondo siempre puede ser más profundo, y muchas veces ese fondo puede ser fatal”, reflexionó.
Finalmente, Ernestina encontró estabilidad en un centro especializado donde permaneció seis meses y medio internada. “El lugar era muy estricto. No importa si sos una figura pública o no, ahí sos uno más. El grupo te lo hace notar y te ayuda a reconstruirte”, contó. Detalló que el tratamiento incluía terapias individuales y grupales intensivas, actividades físicas, yoga y un control riguroso sobre la dieta y los estímulos externos, como el uso de dispositivos electrónicos.
Pais también destacó cómo su adicción afectó sus relaciones personales: “Cuando ingresé a la internación, mi terapeuta me dijo que tenía todos mis vínculos rotos. Mis amigos y mi familia estaban agotados, no podían más. Hoy mi mamá tiene una hija nueva, y yo una vida nueva”.
Con 9 meses de sobriedad, Ernestina volvió a trabajar en Million y sigue asistiendo a terapias semanales. “Recuperé cosas simples como tomar mates en la cama con mi mamá o caminar por la calle sin miedo. Ahora disfruto de una vida plena y en equilibrio, y sigo enfocada en mi salud y mi recuperación”, concluyó.


